La oración pompeyana es una antigua oración originaria de la ciudad de Pompeya. Se encontró en la pared de una de las casas de Pompeya, tras la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Esta oración es uno de los hallazgos arqueológicos más importantes relacionados con la religión de la antigua Roma.
Historia del descubrimiento
La historia del descubrimiento de la oración pompeyana es interesante y está llena de giros inesperados. La oración fue descubierta en 1709 por el arqueólogo italiano Francesco la Vega. La Vega fue uno de los primeros exploradores de Pompeya en embarcarse en la investigación, después de que el italiano Domenico Fontana descubriera la ciudad en 1599.
La Vega descubrió la oración pompeyana durante una de las numerosas excavaciones que realizó en Pompeya. La encontró en la pared de una de las casas destruidas por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. La casa era una de las muchas que se descubrieron entonces en Pompeya, pero La Vega no tardó en darse cuenta de que su hallazgo era especialmente importante.
La Vega fue la primera en darse cuenta de que había una inscripción religiosa en la pared, lo que constituía un hallazgo único relacionado con la religión de la antigua Roma. Rápidamente se dio cuenta de que este descubrimiento proporcionaba una información inestimable sobre las creencias y prácticas religiosas de los pompeyanos.
La Vega publicó su descubrimiento en 1709, en su libro Pompeiana: La descrizione di Pompei, en el que describía sus investigaciones y descubrimientos en Pompeya, incluida la oración pompeyana. Este libro se convirtió en una importante fuente de información para otros arqueólogos y estudiosos de la Antigüedad interesados en Pompeya y la religión de la antigua Roma.
Contenido de la oración
La oración pompeyana es una plegaria dirigida a las diversas divinidades a las que se rendía culto en la antigua Roma. Las palabras de la oración expresan una petición de protección y ayuda para los habitantes de la casa donde se encontró. La oración incluye peticiones de protección frente a peligros, curación, fertilidad y buena suerte en los negocios.
El texto de la oración pompeyana es el siguiente:
"Deae Sanctae, vos rogo et obsecro, ut quidquid ex mea familia est, domo, servis, ancillis, omni familia, in hac ipsa domo, in hac area, in hac villa, in hac fundione, in omni loco, ubicumque sunt, sanos, incolumes, felices, valeant, floreant. Ego vos exoro ut quidquid est apud me, quod vobis placet, id habeam, id teneam, id retineam, id conservem, id amplificem."
Traducción:
"Santos de Dios, os pido e imploro que todo lo que venga de mi familia, de mi casa, de mis criados, de mis esclavos, de toda mi familia, en esta misma casa, en esta propiedad, en este pueblo, en esta acería, en todos los lugares, dondequiera que estén, estén sanos, no sufran heridas, sean felices, florezcan. Te pido que todo lo que está conmigo, lo que has disfrutado, lo que he tenido, lo que he guardado, lo que he mantenido, lo que he protegido, lo que he extendido".
La importancia del descubrimiento
La oración pompeyana también es importante para el estudio de la cultura y la religión de la antigua Roma. Nos permite comprender mejor las creencias y prácticas religiosas de los habitantes de esta ciudad y cómo éstas estaban vinculadas a su vida cotidiana. La oración incluye peticiones de bendiciones para la familia, la salud, la fertilidad y el éxito en los negocios, lo que demuestra la importancia que tenían estas cuestiones para los pompeyanos.
La oración pompeyana ha ayudado al estudio de la lengua de la antigua Roma. Contiene muchas palabras y formas gramaticales que ya no se utilizan en el latín moderno, lo que permite comprender mejor la evolución de la lengua a lo largo de los siglos.
La oración pompeyana se utiliza en el campo de la investigación de la historia de Pompeya. El hallazgo se remonta a la época en que la ciudad era uno de los centros comerciales y culturales más importantes de la antigua Roma. Estudiando la Oración Pompeyana, los arqueólogos pueden comprender mejor cómo era la vida cotidiana de los habitantes de Pompeya, cuáles eran sus necesidades e intereses y cuáles eran sus relaciones con otras ciudades y culturas de la época.
Cabe mencionar que la oración pompeyana es uno de los pocos hallazgos de Pompeya relacionados con la religión. Muchas otras inscripciones religiosas que se han encontrado en Pompeya han sido destruidas o se han perdido. Por eso la oración pompeyana es tan valiosa para el estudio de la antigua religión romana y constituye una de las fuentes de información más importantes que se conservan sobre el tema.
La oración pompeyana también es importante para la investigación de la historia de las catástrofes naturales. Este hallazgo data de la época en que la ciudad fue destruida por la erupción del Vesubio, lo que permite comprender mejor la magnitud y las consecuencias de esta catástrofe y cuáles fueron las reacciones de los habitantes ante la situación.
En resumen, la oración pompeyana es un importante hallazgo arqueológico originario de la ciudad de Pompeya. Se encontró en la pared de una de las casas destruidas por la erupción del Vesubio. Esta oración nos permite comprender mejor la religión de la antigua Roma y el arte de la época, ofreciéndonos una visión única de la vida cotidiana de los habitantes de Pompeya. El hallazgo sigue siendo estudiado por arqueólogos que intentan comprender todo su significado.